domingo, 17 de febrero de 2013

Nuestra aventura IX: Ultimos dias y regreso a casa.

Después del viajito a Halong, nos quedaban ya poquitos días para volver a casa por fin. Estábamos deseando que nuestras familias conocieran a nuestra preciosa hija.

Al día siguiente de llegar, es decir, el día 3 de abril, se marchaban la mayoría de los primitos y sus papis. Cuando nos levantamos por la mañana nos dio mucha pena ver ese restaurante tan vacío, cuando días atrás fue escenario de tantas idas y venidas de titos y primitos. Pero también nos alegramos por ellos porque lo estaban deseando después de casi 3 semanas allí y una enterita sin sus hijas.

Pasamos los días con los titos Noni y Antonio mayormente y posteriormente con su hijo Martin que llego a sus vidas un día después.

Paseamos por el museo de mujeres vietnamitas de donde es el carrusel que ahora Sara tiene en su habitación.





Cuelgo algunas fotos singulares de esos días.


Estos eran los dueños de un barecillo que había en la calle del hotel, donde se comía bien, pero mejor era no revisar mucho la limpieza... Como en la mayoría de los sitios, nos cogieron a Sara para que pudiéramos comer tranquilos, pero sus chiquillos se pusieron celocillos, aunque se les pasó pronto y fueron muy cariñosos con mi niña, como se puede ver en la foto.








El día 6 de abril salíamos para España, ultima comida en nuestro restaurante francés, nuestro preferido y por la tarde nos recogían para llevarnos al aeropuerto. El avión salia sobre las 9 de la noche, muy bien para Sara que se lo paso casi durmiendo todo el rato y entre sueño y sueño vomito. Creo que la tuve que cambiar como 3 veces a la pobre, así que el vuelo se hizo de lo mas entretenido.

Llegamos a casa el día 7, el cumpleaños de mi madre, que mejor regalo!!. Sara se asusto bastante y se llevo como media hora llorando la pobre, pero después se le paso y mi familia pudo ver la niña alegre y preciosa que había llegado a nuestras vidas.
Este fue su recibimiento,

Y con esta entrada finaliza el relato del viaje de nuestra vida. Ahora sólo siento una gran añoranza de Vietnam y un inmenso agradecimiento a este pais y a las personas que le dieron la vida a mi hija para vivirla junto a nosotros. Es mucho más de lo que habíamos soñado.

Hasta la próxima.




 

1 comentario:

laura dijo...

que penita de leer el final de la historia mas fveliz de niestras vidas....una alegria inmensa pero una nostalgia enorme de algo que querriamos vivir cada dia, o al menos una vez l año.... pero mi niña preciosa fue el regalo.... un besazo
laura