Será dificil narrar aqui un dia tan especial, tan lleno de nervios, emociones y sentimientos. Sin duda, el dia más feliz de nuestra vida, el que soñé mil veces, el que esperé tantisimos años, pero como siempre pasa en estas cosas la realidad superó a la imaginación. Fue un dia perfecto.
Con esta carita de felicidad nos levantamos y con una maleta llena de ilusiones y cositas para mi niña.
Le, nuestra guia, nos convocó a todas las familias, en total 11, en el hall del hotel. Caritas de ilusion, de nervios, algunas descompuestas. Esperamos alli hasta que llegaron 2 microbuses que llevarían a esas 11 familias a formar una familia para siempre.
Thai Nguyen no estaba demasiado lejos de Hanoi, a unos 130 km, pero esas carreteras vietnamitas multiplican los kilómetros por 2. El viaje duró unas 2 horas interminables. Cualquier viajito por esas carreteras era una soberana paliza, a parte de sobresaltado, claro, por la forma de conducir de los vietnamitas.
Le nos explicaba en el autobús los trámites a seguir a partir del momento en que nos entregaran a nuestra hija. No se sabia con exactitud a que hora nos la entregarían. Bueno es que la organización en Hanoi brilla por su ausencia, y en las adopciones no iba a ser menos.
Por fin llegamos al orfanato y oi las palabras de su papá asi bajito: "aqui está Sara". Ahi estaba nuestra niña esperándonos. Los nervios afloraban ya casi sin control. Cruzamos la verja y la primera imagen que nos señaló Le fue la del edificio donde alojaban a los bebés, ese que tiene la ropa tendida. Aún recordándolo se me acelera el corazón.
"Ya estamos aqui", dije a Jose como si llegar a aquel sitio hubiese sido la razón de todo, y al menos si que lo fue durante 5 largos años.
Nos pasaron a una sala grande con una mesa enorme, donde nos fuimos sentando las 22 personas con la idea de que estariamos alli un buen rato esperando, pero de repente empezaron a entrar las cuidadoras con los bebés en brazos y se desató una euforia indescriptible. Mi hija entró casi la última, ya teniamos los nervios rotos. Jose preguntaba: " ¿y la nuestra?" y yo no podia más, estaba atacada. De repente apareció y me clavó la mirada. Jose preguntó a la cuidadora si era Nhung y Le que estaba al lado nos lo confirmó. Una mirada, una sonrisa y una emoción tremenda que no se puede describir. Aqui dejo unas imágenes.
Yo sólo decia lo bonita que era y no paraba de llorar, hasta que me pude contener para no asustarla. Ella no lloró en ningún momento. Se me agarró del pelo y no me soltaba. Ya no habia nada más en el mundo que ella, a pesar del ruido de fondo de tantos papás y mamás llorando de alegria y tantos bebés llorando, asustados.
Una vez calmado el ambiente, nos dejaron cambiar de ropa a los niños a toda prisa, aunque despues estuvimos muchisimo tiempo esperando al Director. Pero vino bien para saborear el momento que habia pasado tan rápido y para pasar revista a los "primitos".
Una vez llegó el Director del orfanato se pasó a la ceremonia oficial y alli que firmamos los papeles con una gran sonrisa en nuestras caras y con nuestra hija en brazos.
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entrega del acta |
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foto oficial |
Una vez finalizado este acto nos volvimos al hotel. En el autobus Jose y yo nos mirábamos preguntandonos si era cierto, si era ella la de aquella foto, pero se nos disipó toda duda cuando le vimos su manita. Si era ella, la que se parece a papá, la que hemos soñado todos estos años.
En el Hotel quedamos para cenar con todas las demas familias españolas que se iban al dia siguiente. Fue muy bonito poner cara a muchas personas con las que habia intercambiado muchisimos mails y con las que me habia sentido muy apoyada en los malos momentos, ver que ellos tambien habian conseguido su sueño de ser papás, y sobre todo, conocer a sus hijos.
Un baño y nos fuimos a cenar.
Y con esta cara de felicidad me acosté aquel dia, sintiendome la mujer más feliz del mundo y dando GRACIAS a todos los que hicieron posible que mi hija llegara a nuestras vidas. Le decia a mi madre cuando la llamé: mama mi hija es perfecta, y asi lo sienten todas las madres.
Desde ese dia pienso que los dias perfectos existen.
Hasta la próxima.
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